Te regalé una bonita sonrisa de Joker que obviamente, jamás comprenderías.
El choque era inminente. Y fue terrible; con un estruendo de acero, cristales y cemento que rebeldes a la física intentaban ocupar el mismo espacio y tiempo.
Ambos fuimos proyectados hacia el estallido que nació del parabrisas, acompañando en el aire a los vidrios y al escándalo sanguinolento que salía de nuestros cuerpos salpicándolo todo.
Mas, seguimos consientes. Reflexioné y comprendí entonces que vivir y viajar sin reglas no es tan sensato como creía y que más bien puede ser motivo para la construcción de un mal día…
OPINIONES Y COMENTARIOS