NEGRO EL DOS

Te regalé una bonita sonrisa de Joker mientras apostabas al negro las últimas fichas que te quedaban.El casino del Costa Fascinosa era increíble, mejor que cualquiera de ciudad.Ésta era flotante, por lo tanto más romántica.

-“Negro el dos”, gritó el croupier con su voz inconfundible.Te lanzaste sobre la mesa de juego con avidez, ya que habías estado perdiendo toda la noche.Me miraste con expresión burlona. Respondí:“Vamos a festejarlo al salón de baile, no es poca cosa lo que ganaste”. — “Champagne, garçon, sil vous plait”. Y allí brindamos por el amor.

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