Te regalé una bonita sonrisa de Joker mientras humedecías tus labios y cruzabas las piernas. No dejabas de observarme. El camarero me preguntó qué deseaba. Le contesté, con un gesto que entendió sin necesidad de palabras. Aun no he aprendido japonés. Solo llevo aquí una semana. Te acercaste, balanceando tus caderas. El pelo azabache contrastaba con tu nívea piel. Me relamí de gusto anticipando el placer. Este lugar era el paraíso. Manzanas jugosas esperando que alguien las devore. Y yo con hambre de meses.

¡Corten!

Joder, tío, controla tu pene. Es un anuncio de champú, no una peli porno.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS