Te regalé una bonita sonrisa de Joker, tan espontánea como siempre,como cuando te conocí;me devolviste el gesto con expresión de añoranza.A penas faltaban 3 minutos para que el tren partiera y urgí para que te sentaras a mi lado.Siempre creí en el destino,pero no pensé que fuéramos a reencontrarnos en el lugar más recóndito del planeta.

Sentada en el vagón cerré mis ojos y vi tu silueta acercándose, que se formaba por el primer rayo de sol,justo como pensé nuestro reencuentro. El arranque del tren me sobresaltó del efímero pero inefable sueño del que la realidad me despertó.

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