Te regalé una bonita sonrisa de Joker.

Tú te diste por satisfecho y ni cuenta te diste de las lágrimas que derramaban mis ojos.

No dejaste de parlotear durante toda la cena, y yo mientras te escuchaba como si me hablases desde dentro de una botella.

Absorta en el único pensamiento que me rondaba por la cabeza…

Largarme esa misma noche y perderte de vista para siempre.

El terror hace que no denuncie lo que has hecho.

Pero no me quedaré a comprobar si seré la siguiente.

Los gritos de esa mujer aún siguen desgarrando mi mente.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS