Te regalé una bonita sonrisa de Joker.
Tú te diste por satisfecho y ni cuenta te diste de las lágrimas que derramaban mis ojos.
No dejaste de parlotear durante toda la cena, y yo mientras te escuchaba como si me hablases desde dentro de una botella.
Absorta en el único pensamiento que me rondaba por la cabeza…
Largarme esa misma noche y perderte de vista para siempre.
El terror hace que no denuncie lo que has hecho.
Pero no me quedaré a comprobar si seré la siguiente.
Los gritos de esa mujer aún siguen desgarrando mi mente.
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