Te regalé una bonita sonrisa de Joker, medio en postureo, medio en serio. A ti que me mirabas pasmada, con cara de espejismo. Seguía enfadada contigo y a la vez una parte de mí sabía que hubieses sido capaz de tanto…
Leer ese panfleto que había recogido del suelo me había hecho recordar mi deseo de actuar, mi anhelo de París, mi ilusión por la farándula…
¡Cumplimos tus sueños!- decía.
Suspiré y seguí sacando brillo a los cristales hasta borrar tu reflejo. Todavía me faltaba barrer la sala y debía acelerar con la limpieza antes del cambio de turno.
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