Te regalé una bonita sonrisa de Joker cuando me dijiste que Pablo te había invitado a su despedida de soltero. Que era en Jaca y no le podías fallar.
Hacer cuatrocientos kilómetros para emborracharse, ver una tía en pelotas y de vuelta a casa me pareció absurdo, pero yo te mostré mi más sereno semblante de mujer comprensiva.
Tomaba sentido la factura del móvil. Tantas llamadas con prefijo de Huesca. Es por los preparativos de la fiesta, me dijiste.
Aun así dejé que te fueras. Incluso hice tu maleta.
Una llamada perdida. Suena el videoportero.
-Ya puedes subir Pablo
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