Pensé mientras el coche se lanzaba contra el muro: ¿por qué habré comido tanta comida mexicana? Ahora tengo mi estómago revuelto y no puedo parar de pensar en esas tortillas con pollo y guacamole. Debería estar pensando en mi supervivencia, cómo es que todo lo que he leído sobre el cerebro en estado de alerta no es cierto. ¿Mis últimos pensamientos serán éstos: huevos con jamón?. Tanta filosofía para terminar siendo tan vulgar. Cuando desperté estaba en el hospital de Huatulco, desde la ventana veía la playa. Miré a la enfermera y me traía una bandeja, ¿huevos con jamón?. Sonreí.

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