Pensé, mientras el coche se lanzaba contra el muro:
‘Es el fín’
Nunca habia sentido semejante terror ni tal desesperación, sentí mi pecho profundo y la boca amarga, la antesala de la muerte.
Los segundos antes del impacto fueron eternos y lo ví todo, lo bueno y lo malo, de pronto el miedo se fue y estuve en paz, solo me quedó pendiente tener un relato ganador, pero por suerte nací en las américas.
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