Pensé mientras el coche se lanzaba contra el muro que Greta Liu se quería suicidar.

Casi respiré aliviado, estaba harto de perseguir a estúpidas influencers por todo el mundo.

Esta loca era trending topic porque había viajado a Maldivas para que la casara un Chaman y su novio había huido como un conejo.

Se abrió la puerta del coche, en medio de una gran humareda Greta salió a gatas. Se puso en pie de un salto. Se recompuso el peinado, sacó su móvil y subió unos veinte selfies a las redes. Cuando el coche explotó lucía una gran sonrisa.

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