“Te regalé una bonita sonrisa de joker. Sé que disfrutas mis abusos, – dijo y volvió a sonreír. Cerró la puerta sin la llave para volver de madrugada. Su mujer lo sospecha todo. Se hace la desentendida. Lo que pasa es que quiere deshacerse de las dos”

Concluyó el párrafo, ignorando las bases del concurso para doblegarse a la tendencia de lo sórdido, mórbido y absurdo. Y con un bostezo se levantó de la computadora energizándose ante la idea de que en unas horas se liberaría de sus cuentos al partir en su vuelvo a Calgary…

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