Te regalé una bonita sonrisa de Joker, por no decirte lo que pienso de ti…
«Estoy jodida» pensé, me había vuelto a pasar, otra «amiga» que no era tal, solo que de esta vez estaba relacionado con mi trabajo, ahí me contengo, me callo; y tú te aprovechaste para humillarme y hacerme daño.
Al fin y al cabo es lo que me queda, mi sonrisa, esa que dedico a gente sin escrúpulos que piensan que con su dinero pueden humillar y comprar la dignidad de las personas.
Elegantemente te dediqué mi sonrisa, así, sin lastimarte; ahí está la diferencia «amiga».
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