El auto transitaba rápida pero cautelosamente por la ruta 9, con recién casados a su luna de miel, a las 9 de la noche, en un coche negro, en la negra noche. Quiso el destino, que su conductor nunca pudo prever, que un enorme carpincho atravesara la ruta mansamente, en el instante del arribo del oscuro vehículo cegándolo primero y derribándolo después. Los ocupantes del automóvil, con sus gritos no pudieron evitar el impacto que se sintió como golpear un muro de cuatro patas. Lo que siguió al impacto forma parte de una aventura accidentada de aquella luna de miel.
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