A GRANDES MALES, MEJORES REMEDIOS

A GRANDES MALES, MEJORES REMEDIOS

Lástima que no haya billetes para maniquís porque irías sentada, dije contrariado cuando la aerolínea me prohibió acceder al avión con Carmen. Yo trabajaba en la misma sección del centro comercial donde ella, como una diosa, posaba con espectaculares vestidos. Me enamoré perdidamente y le prometí que viajaríamos al Caribe.

Para cumplir mi palabra no dudé entonces en trocearla en pequeñas partes que cupieran en una maleta facturada en bodega. Al llegar a nuestra habitación del hotel, ya la reconstruiré de nuevo. Disfrutaremos del mar, del baile y de jornadas de romántico ensueño. Espero que no me tomen por loco.

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