Aeropuerto, chequeo, embarque: tres pasos obligatorios. Suspirando, tomé el mapa: el Hostal estaba ubicado cerca de los puntos turísticos. Llamaron para embarcar. Me senté en mi lugar. A mi lado se acomodó un caballero bien trazado, corbata llamativa, traba de oro, pañuelo al tono, camisa blanca, traje impecable. Su perfume llegó hasta mí. Trabó conversación de inmediato y supe que era Roberto Piazza, diseñador de modas. Asistía a un evento internacional . Acababa de despachar sus maniquíes como equipaje extra. Expresó: -“Lástima que no haya billetes para maniquíes”. –“Ciertamente”, respondí. Así nos hubiésemos deleitado con un desfile inédito a bordo.”

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS