UNA RÁFAGA DE VIENTO

UNA RÁFAGA DE VIENTO

Pensé mientras el coche se lanzaba contra el muro en lo que había sido mi existencia. Sentí mi niñez, acompañada de mi madre y mi hermana, leyendo en una pequeña y fría cocina sólo calentada por el agua de los pucheros hirviendo; sentí mis manos sobre el papel, dibujando princesas.

EL viento que vuelve locos a algunos, sacudió el espíritu de la nómada varada en tierra firme que habita en mí, me trajo a la memoria la necesidad de vivir intensamente, sólo templada por el viaje, por el trajín de maletas, por los atardeceres.

-Una ráfaga me devolvió al lienzo.

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