Lástima que no haya billetes para maniquíes cuando realmente soy una figura estática, la suerte de un maniquí. Llega ser constante al no estar desechado, si es así, quedas en una esquina esperando el olvido de tu existencia, el sueño se convierte en una mirada hecha a base de un molde reutilizado y la esperanza se pierde entre lagrimas derramadas en la oscura penumbra, al final te conviertes. En una silueta andante sin expresiones, al final; solo existen distintos tipos siguiendo un camino reciproco al borde de la vida pero seremos recordados como obras inéditas.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS