Lástima que no haya billetes para maniquíes; aunque pensándolo bien, resulta mejor así. Imaginar que te llevo conmigo no es algo saludable, es alimentar unos deseos que no pueden ejecutarse. ¿Qué pensarán los demás? Dirán que estamos locos o que soy una persona desesperada. ¿Recuerdas el último viaje que hicimos? Mejor nos quedamos con ese recuerdo; qué idea es esa de viajar sin saber a dónde, sin saber qué llevar, en mi maleta sí cabe todo. Verás…

Alguien grita su nombre y ella voltea.

Voy.

¿Qué, hablas con los muñecos? Pregunta él.

No, amor, solo pensaba en voz alta.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS