En esta maleta no cabe casi nada, ya no. Hace mucho que se llenó, eso sí, su escasa capacidad no me impide seguir viajando. No es necesario vaciar para poder seguir llenando. Solo, a veces, es necesario hacer una pequeña redistribución en su escaso espacio. Soñar con lo que no cabe, encajar lo del armario. Ilusiones, sonrisas, llantos y miles de pequeñas cosas con encanto que siempre se pueden meter, hasta en el más mínimo espacio. En esta maleta no cabe casi nada, porque lo imprescindible ya está cargado.

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