Lástima que no haya billetes para maniquíes, ni para todos aquellos recuerdos que he tenido junto a ti, debo dejarlos me dice la razón para poder evitar tanto dolor.
Mi corazón se hiela porque el momento de la partida ha llegado, dejar de lado todo aquello que construimos y aventurarme a lugares desconocidos.
Sueño con verte frente la ventana de mi vagón y poder decirte adiós, pero lo sé, tú has cambiado de rumbos, viajamos en direcciones distintas
Solamente quedarán los recuerdos tirados en la estación.
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