En esta maleta no cabe casi nada.
Año bisiesto que embarqué en ausencias.
Olores, cirios, enojos, miedos.
Rezo a diario un acto de contrición que me contradice.
Y mi fe se ha vuelto sincrética.
Por eso me voy, con poco equipaje y mucho para poner en orden.
Pluma y papel me bastan.
Me voy buscando el sol, dejando por tres meses el frio.
Iré a buscar mi primavera.
Guardaré de regreso un trozo de corteza de árbol, una hoja de hierbabuena, plumas blancas que encuentre en mi paso.
“no tardare mucho” dice el recado que deje en la mesa.
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