Pensé mientras el coche se lanzaba contra el muro que jamás volvería a verte. Mi alma se iba adentrando en las incertidumbres del espacio-tiempo, el atardecer de la noche se fundía con la magia de la inmensidad del Universo. El eco del silencio retumba en mis oídos y voy perdiendo en la niebla de mi memoria la imagen de tu rostro, tu risa, tu luz; y será necesario sumergir mis alas en las aguas del recuerdo para poder hallar el camino que nuestros corazones recorrieron juntos.

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