Te regalé esta bonita sonrisa de joker- era cierto, pero el tiempo era escaso, como el azúcar en el té de un diábetico.- partiría tamy a las ocho de la noche del día siguiente. Su habitación enclaustrada dentro de la casa, le permitia preciar con cuidado los aspectos del viaje. Una vez tamy dijo cuando pequeña, que las maravillas del globo llamado tierra, deben ser, sino, regalos para los hombres. Y las maravillas que hábitamos, por más que estén descubiertas por antiguos hombres, llamarán la atención de cualquier visitante durante siglos, y asi sucesivamente. Hoy se marcha; y dice adiós.

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