«En esta maleta no cabe casi nada», pienso mientras paso la mano por las pegatinas de los países que hemos cruzado juntos. Las banderas se sitúan alrededor de un círculo con mensaje: «El turista viaja cargado; el viajero, ligero». Compré la maleta en la feria de la Candelera cuando estrenábamos milenio y desde entonces no he hecho un viaje sin ella.
Esta vez, la guardo en el trastero. Es difícil meter lo necesario para dos niños pequeños y sus padres en mi querida maleta. Mañana el Canfranero nos llevará hasta Jaca.
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