La vida es puro teatro

La vida es puro teatro

En esta maleta no cabe casi nada: el zapato de raso, tres sombreros de copa, el abanico de lady Windermere, anillos para una dama.

Sale de su casa de muñecas para dirigirse al zoo de cristal en un tranvía llamado Deseo. No espera a la cantante calva ni a la loca de Chaillot, está esperando a Godot. Se suben seis personajes en busca de un autor. A puerta cerrada, la muerte de un viajante. Llama un inspector. A Electra la sienta bien el luto. ¡Ay Carmela! Las manos sucias. Ve pasar las nubes mientras piensa que la vida es sueño.

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