En esta maleta no cabe casi nada fue lo que pensó mientras empacaba sus cosas, mejor así, ahora se trataba de viajar ligero de equipaje, entonces escogió lo que le pareció imprescindible para esta nueva etapa, unos pocos libros, algo de su ropa luego lentamente y por última vez con una mirada recorrió el espacio que ocupó por años una despedida triste y solitaria, un divorcio duro, taxi, aeropuerto, un destino incierto, como hoja al viento, volver a empezar.

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