-En esta maleta no cabe casi nada. ¿Cómo quieres que lo pase bien, si apenas puedo llevarme nada?- Se lamentaba amargamente Miguel.
-Míralo por el lado bueno, esta es una bonita oportunidad de aprender a viajar con lo indispensable-. Repuso reconciliador Javi. Curtido por cientos de viajes en moto, y familiarizado con la agonía de quién se aventura por primera vez en el turismo de carretera.
-No puedo tío.
-Echa ropa cómoda, unas camisetas y algún forro. Y no te olvides de algo más arreglado por si te invitan a cenar. Tus anfitriones se sentirán halagados de verte llegar peripuesto.

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