En esta maleta no cabe casi nada. No sé cómo se me ocurrió mandarte de compras, si es que nunca te fijas en las medidas. Dime tú cómo nos llevaremos los álbumes de fotos. O el estuche con la medalla del abuelo. O el rosario de azabache y plata. O la colección de abanicos para cada atuendo y ocasión. No sé cómo se me ocurrió meter tanta cosa en la maleta, si solo pensaba quedarme con la mantilla de encaje fino, la de los domingos. Mejor me la llevo puesta, no vaya a ser que se extravíe el equipaje.

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