RECUERDO DEL VIAJE
«¡En esta maleta no cabe casi nada!»,exclamo para mí mientras guardo en ella mi carísimo equipo de submarinismo. Mañana cogemos un vuelo a Cancún con destino final a Isla Mujeres.
Tras dos inmersiones espectaculares, enamoradas del monitor, volvemos el tercer día. Nos recibe un anfitrión inesperado: Chicanito. Corretea arriba y abajo mientras ve acercarse nuestro catamarán. Lo miro a sus ojos negros que me responden sonriendo. Está flaco, desnutrido. Le doy agua. Se rasca y sacude.
-¡Hola, guapo! ¿Estás solito? Y lame mi mano con ojos de alegría.
Me traje un recuerdo del viaje: Chicanito.
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