En esta maleta no cabe casi ninguna cosa, ya papá la había llenado con las suyas y no dejó espacio para las mías, sabiendo que sólo podemos portar una, la Compañía es muy estricta en esto y siendo una empresa privada pone sus propias reglas. Bueno, ya estamos en el tren que nos llevará a nuestro nuevo destino, está repleto, señoras gordas bien emperifolladas, niños alegres jugando, canastas con olor a huevos duros y gallinas cocidas, y así emprendimos la aventura,al rato nos inquietamos con el calor del desierto las señoras transpiran, se abanican, abrimos las ventanas…

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