En esta maleta no cabe casi nada, porque todo lo que intento meter me recuerda a ti. ¿Ésta camiseta? Me la regalaste tú en mi último santo. ¿La colonia? Era la que te gustaba. ¿Estos calzoncillos? Te ponías como moto cuando me veías con ellos. Te odio porque me dejaste. Te odio porque tuviste el detalle de matarte en ese accidente después de salir de casa. Enterrarte con tu amante a mi lado fue la mayor humillación imaginable. Pero no consigo respirar, comer o dormir sin pensar cada minuto en ti. Ojalá este viaje te arranque de mi.

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS