– En esta maleta no cabe casi nada…
¿Como lo hice para venir? Seguramente la llené de ganas e ilusión, que pesa bastante menos que la decepción. No lo sé. Mira que para viajar la usábamos los dos, pero de eso ya hace mucho; éramos jóvenes, locos y con poco ya nos conformábamos. Pero ya no, ahora viajo sola.
Finalmente me voy. Con todo y sin nada. Llenando esta maleta de demasiadas cosas materiales, las que no me recuerdan a ti, a la misma vez, que intento vaciarla de todos los recuerdos.
Y no cabe casi nada, pero pesa mucho.
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