DÉJAME DOBLARTE EL CUERNO

DÉJAME DOBLARTE EL CUERNO

—¡En esta maleta no cabe casi nada!, pero tranquilo, Unicornio, no pienso dejarte en tierra. Sacando un par de tabletas de chocolate podré encajar a Lucy entre tus patas. Y todas estas braguitas, ¿para qué las quiero?, prefiero meter tus botas de andar por las estrellas, uno nunca sabe que camino va a acabar eligiendo cuando emprende una aventura como la nuestra. ¡Afuera el vestido esmeralda de princesa! ¿Sabes?, si te doblo el cuerno—…discúlpame— podremos llevar este atrapasueños, nos protegerá del mal de ojos despiertos. Y en este hueco, Unicornio, meteremos las caretas, por si topamos con la prensa.

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