En esta maleta no cabe casi nada,
mas sí el deseo de imaginación
de un viaje a lugares hermosos
que nunca pude realizar
por mi condición miedosa
y, al viejo Poseidón pegado a mi alma.
No pude disfrutar de extensos y bellos caminos
ni hermosas mañanas veraniegas, llenas de aventuras, placeres y alegrías.
Quizás y como dice Kavafis, hacerme con perfumes, placeres sensuales.
sin despegarme, antes del tiempo.
Más ahora que estoy en mis postrimerías
echo en falta el disfrute de tanta sabiduría
que esta maleta me hubiera podido proporcionar.
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