En el desierto de la soledad

En el desierto de la soledad

Miguel Gordillo

24/03/2020

Su barba y su melena expuestas al viento le podrían hacer pasar por un guerrillero del ejército zapatista. Tras pernoctar en Chiapas había decidido adentrarse en la selva Lacandona. En el hotel le advirtieron:

—No es buena idea, señor, debería contratar un guía.

Pero no hizo caso y ahora de entre los árboles imaginaba surgir jaguares, armadillos o indígenas de rostro impenetrable. El aire olía a tierra húmeda.

La espesura se agitó. Apareció un hombre al que no reconocía que se aproximaba a él con lentitud. Le inspeccionó y asintió satisfecho.

—Ha pasado mucho tiempo, soldado. ¿Cumpliste con tu misión?

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