Juro que nunca he estado allí, ni tengo especial interés en ir, ni capital, ni tiempo. Y cómo pasa: el tiempo, me refiero; lo pensé ayer al ver a mi vecina. Qué envejecida está, y eso que aún es joven. Eso me recuerda que he de comprar la crema nutritiva que me recomendó Pepa; ella sí que luce fresca y lozana. Su hijo en cambio, va como encorvado… Mi madre me lo decía, y luego me lo han dicho otros. Qué pesados son; puedo asegurar categóricamente que nunca he viajado a los Cerros de Úbeda.

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