Y es este el viaje que quiero hacer, el viaje del deseo que aproxima a los cuerpos sedientos y fríos. Quien provoca reactivos en el pecho y allega a la lujuria. Que nos ansia al momento de tenernos uno encima del otro, para después entrar dando todo el calor que estamos sintiendo. Aquel que hace de las manos un niño necio y termina en la huida más perfecta entre nuestras piernas.

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