Viajaré con el entusiasmo de adentrarme en el lugar más deseado. Sé que no todo me cautivará. Las sombras siempre inquietantes serán un muro elevado y sufriré el ansia de penetrar en ellas. Entenderé que puedo ser rechazada, aunque después, en alguna ocasión, me cueste admitirlo.
Soy prisionera de mi deseo pero creo que por fin he comprendido; por eso lograré completar este viaje, aún no iniciado, en la estimulante ignorancia de no saber cómo acabará, viviéndote.
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