Me perdería en París, en sus calles y ciudades, no sabría si tomar el metro o cruzar las calles, respirando el olor del café y de cada esquina, no sabría si regresar de noche al hotel o quedarme sentada observando como se pierden mis sentidos.

Ese. es el viaje que no he hecho, por miedo a perderme, entre sus plazas, parques y flores, por medio a descubrir una ciudad de encanto, plasmada entre lo irónico y lo onírico.

Me perdería para luego encontrarme sentada bajo un almendro rosa.

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