Guardé mi ropa junto a mis sueños y esperanzas en la única y oscura maleta que poseo. ¿Destino? No definido.
En las encuestas nunca aparece la opción de playa Y montaña, y esta vez la construiría yo: Mi opción y mi destino serán Serra de Tramuntana. Con mi billete de avión en mano me dispongo a salir…
—¡Fati! —Una voz reconocida interrumpe mis pensamientos
—¿Qué ocurre, mamá?
—Encontré tu maleta negra en el trastero cubierta de polvo. La necesitaré en mi próximo viaje. No te importa, ¿verdad?
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