Al igual que a ella…
Despierto, te leo, te observo…, escudriño tus rincones en una pantalla.
Acaricio con mis dedos tus grandes hazañas, y tus derrotas, impresas en celulosa brillante.
Tu historia me sorprende una y otra vez, tan altiva, tan cruel tu caída.
Sueño conocer con todo mi cuerpo, tus curvas y tus rectas, tu puente tan eterno, detenerme en él, realizar el ritual, desear…
Anhelo recorrerte.
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