La verdadera realidad detrás de aquella sonrisa

La verdadera realidad detrás de aquella sonrisa

History Team

26/12/2020

Era una noche cálida y tranquila como cualquier día, cuando de repente mi familia me vino a visitar y me dijeron : querida Claudia tienes que empezar a refugiarte y cuidarte ya que se viene algo demasiado fuerte y no podremos ayudarte, al escuchar eso sentí como si me dieran un golpe en mi estómago, ya que aquellas palabras se quedaron marcadas en mi mente «tienes que refugiarte y cuidarte ya que se viene algo fuerte y no podremos cuidarte», por consiguiente me puse a pensar en como le haría para conseguir suficiente dinero para poder comprar una cobija y así poderme guarecer del frio, poco a poco se me iban ocurriendo ideas hasta que se me vino a la mente una idea genial la cual era que cerca de donde yo estaba había un tipo de restaurante donde buscaban a una mesera, por lo tanto me dirigí hacia aquel restaurante.

Y por fortuna pude conseguir el trabajo, pasaban los días e incluso semanas y gracias a Dios pude alcanzar el dinero para poderme comprar una cobija, pero me di cuenta que me faltaba la respiración y me dolía el pecho al respirar sentía que ya no podía más, de la nada veo todo oscuro y solo escuchaba resiste querida aun tienes una vida por vivir, en aquel momento supe que me quedaban pocos días por vivir, sentía como se me formaba un enorme nudo en mi estómago y en mi garganta, sin embargo, no sabia lo que pasaba a mi alrededor solo escuchaba aquella dulce voz que me decía que no me rindiera pero…, poco después escucho un llanto horrible el cual en pocos minutos supe que aquel llanto era el de una madre llorando ya que alcancé escuchar una voz masculina diciéndole; lo lamentamos mucho señora pero su hijo a perdido la vida debido a la enfermedad del COVID-19, aquella palabra provocaba como un cosquilleo en mi estómago como si supiera que era aquella enfermedad.

De pronto surgían en mi mente muchísimas preguntas de las cuales quería tener la respuesta ahora mismo pero sabia que no se podía, de pronto me di cuenta que  de tanto que me ponía a pensar no me había dado cuenta que ya estaba despertando y al hacerlo pude notar que tenia como un mascarilla, no sabia el porque la tenía, ni el porque era que me sentía como si me fuese a morir, quería quitarme todo y salir corriendo de ahí pero no pude, ya que llegó la enfermera y me decía que tenia COVID-19 y que estaría 2 semanas internada hasta que la enfermedad se me pasara, pero lo que nadie sabia era que durante esas 2 semanas que estaba internada eran insoportables, eran como si te dijeran que dentro de pocos días ibas a morir, y si les soy honesta extrañaba salir a la calle y poder escuchar aquellos niños riendo, jugando, la música tan cálida y dulce a la vez que había en la calle, extrañaba el cantar de los pájaros, el ladrido de los perros, simplemente anhelaba el tener aquella tranquilidad de que todo iba a estar bien, que todo en la vida cambia y que en algún momento de mi vida iba a ser feliz .

De la nada lágrimas empezaron a correr por mis mejillas sentía como si el mundo se me viniera abajo, ya no quería ni siquiera vivir, lo único que quería era que esta sensación tan espantosa que sentía se terminara, tiempo después la enfermera llegó y me dijo que ya me podía ir a casa, así que salí del hospital y al hacerlo no podía creer lo que veía, ya que  las calles estaban vacías y en los restaurantes había bastantes sillas solas, y si somos honestos de verdad lo que se mostraba era algo demasiado impactante, pero había tantas cosas que quería saber sobre  las personas que vivíamos en la calle a tal grado que unos días después de salir del hospital pude escuchar gritos pidiendo ayuda, así que rápidamente fui a ver y pude ver que era una persona como de mi edad la cual se veía que no podía respirar bien ya que estaba como que jadeando mucho.

 Por tanto, la gente siguió pidiendo ayuda hasta que un señor llegó y nos dijo que se llamaba Juan y que llevaría a aquella persona  al hospital pero que antes de llevarlo  necesitaba sus datos personales, así que la madre salió y le dijo que se llamaba Rodrigo y que tenía 17 años. Al escuchar eso sentí como si me hubieran apachurrado mi corazón y después me lo pusieran de nuevo, ya que aquella persona llamada Rodrigo era mi mejor amigo el cual lo conozco desde la infancia, estaba en shock y no sabía que hacer, solo veía como se llevaban a mi mejor amigo al hospital, en aquel momento me sentía destrozada, y lo único que hacia era caminar, cuando de pronto escucho risas, y al voltear pude ver que era una familia feliz donde tenían una gran unión y  comunicación, al ver aquello sentí esperanza y luz al saber que esta dolencia llamada COVID-19 no era el fin del mundo.

Quien diría que con solo ver a aquella familia resguardada en su casa tan felices y llenos de luz y esperanza iban a lograr que yo también tuviera aquel sentimiento, poco después seguía observando y de verdad me sorprendía el como esta enfermedad y esta contingencia logró el que muchas familias se unieran más de lo normal, pero…, poco después me di cuenta que no en todas era igual ya que en lo que seguía caminando logré escuchar el como una persona se estaba quejando del encierro y de lo que estaba provocando el COVID-19, pero lo que no sabía esa persona era que nosotros los que que vivimos en la calle deseamos tener tan si quiera un lugar donde podernos refugiar y descansar,  al final del día me pude dar cuenta que ni el Covid ni nada podrían derrumbarme si tenía fe y esperanza en que esto pronto terminaría.

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