Alguna calle que no lleve tu nombre

Alguna calle que no lleve tu nombre

Gabrielle Reyes

21/11/2020

¿Que es peor que estar atrapada con el amor de tu vida al que decidiste dejar atrás para sanar heridas por causa de un repentino virus que te encerró junto a él justo días antes de salir de la cuidad por una nueva vida?.

Llevo ya varios meses viendo la calle desde mi ventana, casi siempre leyendo en el jardín o escuchado la música en alto que comparten los vecinos. 

No pierdo oportunidad de salir por el pan o las verduras de la cena y es que esa calle es un segundo para respirar antes de entrar a casa y verlo de nuevo, con esa sonrisa, fingiendo que no se me para el mundo con sus carcajadas.

Las noches son lo peor, no nos queda otro remedio que pasar un rato juntos entre videojuegos, libros y mates, pero cuando llega la madrugada y cada uno vuelve a su habitación oigo sin querer las mismas frases estudiadas de amor que le susurra al teléfono, esas que solía susurrarme al oído y lo oigo cantar las mismas canciones que se supone le recuerdan mis ojos. 

Es como tenerlo y a la vez no, sabiendo que son mías sus sonrisas y sus abrazos, sus besos tiernos en la mejilla y sus cosquillas, pero en su mente están sus nuevas conquistas virtuales que jamás admitirá. 

Es compartir las cenas, las siestas y el café del desayuno, es pelear por quién se ducha primero consumiendo el agua caliente y las guerras de agua fría en el patio los días que hace calor, es burlarnos de los pijamas y el pelo revuelto y verlo tomarse fotografías frente al espejo para presumirle a su pantalla. 

Es fingir que un mensaje de extraños me saca una sonrisa enamorada para que crea que me perdió. 

Es recordarle que me iré y saber que va extrañarme, es creer que sabrá que a lo lejos camino con otro por las calles tomada de la mano.

Y es que veo la calle deseando a ratos salir a caminar y no volver, reinventándome lejos en calles que no lleven su nombre.

Por mientras, solo escribo para hacer arte el sentimiento y así dejar que las hojas de papel se enamoren en mi lugar. 

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