Recuerdo cuando era pequeño y mi madre me llevaba con sigo a comprar las telas para su
trabajo, me gustaba mucho caminar y ver a los alrededores, imaginarme cosas muy
locas e irme riendo todo el camino, mi madre a veces se ponía a jugar conmigo a
adivinar películas, a veces cuando mi madre se encontraba con sus comadres y se quedaba
platicando, yo me ponía a patear piedras, o a jugar con los hijos de las
vecinas, cuando despachaban a mi madre y yo me tenía que quedar afuera, veía
como la gente pasaba e imaginaba como si una pequeña hada anduviera detrás de
ellos diciéndoles a donde ir, como en Zelda ocarina of time.
Pero por encima de todo eso, tengo un recuerdo muy preciado de la calle, ese día era como todos, me levante para arreglarme y desayunar para ir a la escuela, el problema es que no
encontraba mi zapato!!! lo busque por una media hora y cuando lo encontré
salimos corriendo de la casa para llegar a la escuela, pero no llegue a tiempo
y como acostumbraba a hacerme pato en las mañanas pues ya tenía 3 retardos,
entonces no me dejaron pasar, recuerdo que yo estaba asustadísimo, pensaba que
mi madre me mataría!!! me esperaba de todas menos de la que pasó, mi madre solo
me sonrió y me dijo que no importaba, entonces me llevó a un parque y me compró
un helado, yo estaba llorando del miedo comiéndome mi heladito en el parque,
después de eso empezamos a caminar para ir por la tela de mi madre, pasamos por
un tianguis de esos que solo se ponen una vez a la semana y tienen los mejores
tacos de carnitas, compramos unos cócteles de fruta, unos vasos que para mí a
esa edad eran más grandes que una montaña!!! Seguimos caminando mientras
comíamos nuestras montañas de fruta, recuerdo que en mi mente pasaban mil y un
cosas que imaginaba de las calles, mariposas y flores cuando solo había palomas
y pavimento, personas pasando y edificios altísimos, cuando en la calle solo
había una que otra persona y las casas a lo mucho eran de dos pisos, así
seguimos caminando con mi imaginación a tope, después de unas horas llegamos a casa
de la señora que le vendía la tela a mi madre, recuerdo que tenía un hijo de mí
misma edad, mientras las adultas hacían negocios y así nosotros jugábamos a las
traes a media calle, recuerdo que mi madre volteaba de vez en cuando para decir
que no nos alejáramos mucho y que tuviéramos cuidado con los carros que
pasaban, eso solo fue por una hora y media, pero para mí duró años.
Recuerdo mucho ese día porque cuando íbamos de regreso a la casa le pregunte a mi madre por qué no se había enojado por lo de la escuela, entonces me dio la noticia de que tendría un
hermanito, me puse muy feliz y todo lo que faltaba de camino para la casa me la
pase imaginando un vida con mi hermano, como caminaríamos juntos como
jugaríamos a las traes a media calle, como iríamos comiendo montañas de fruta,
como seriamos buenos hermanos…. lástima que esos días nunca llegaron.
Ya encontré la calle, se
llama Joselito Huerta (no sé cómo es que sigo vivo).
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