Crónica de un suicidio premeditado

Crónica de un suicidio premeditado

Sentada en el sofá roto y descolorido de mi sala; recuerdo el taller donde lo conocí. Busco dentro de mi desesperación algo que acabe con esta maldita vida sin sentido. Me he convertido en un títere bipolar y depresivo a voluntad de mis emociones.

Miro la silueta metálica y puntiaguda sobre la mesa. ¡Maldita sea! ¡Atrévete pendeja! ¡No seas cobarde y hazlo! -Me digo. Tomo el objeto entre mis temblorosas manos, y empuñándolo con fuerza… Inicio la crónica de un suicidio premeditado.

Tu puntuación:

URL de esta publicación:

OPINIONES Y COMENTARIOS