De noche, entorno la puerta de mi habitación y a hurtadillas comienzo a imaginar. Invento historias, creo personajes, los moldeo, los traigo, los llevo, me divierto. Con unos, río, lloro, me emociono, con otros, me irrito, me enfado, no les perdono y me deshago de ellos. A mamá eso le inquieta, le asusta, sin embargo, a mi profesor del taller le encanta, aun así, me corrige, añade comas, las quita…

Dice que llegaré lejos. Yo le miro, con cierta malicia, y le sonrío. Si él supiera…

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