Cómo olvidarme de ti que estuviste desde aquella mesa redonda cuando joven, que comenzaba a tejer suspiros en el aire mientras sembraba en mis venas la pasión del olvido. Cómo no abrazarte en el universo de mis letras si con tu auxilio conocí a la madre de mis hijas. Hoy desde aquel primer taller te recuerdo y me entrego a tus pies, mientras huelo el algarrobo presente en tu biblioteca, Lucía; mi musa y poeta. Hoy, contigo en el abismo de mis cartas de amor; recordándote, eternizándote.

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