Cuando esperaba para matricular mis primeras materias en la universidad oí que alguien forzaba una conversación:
– ¿Y que hacen en ese taller?
– Ejercicios de escritura. Aprender a escribir sin abusar de los adjetivos, por ejemplo.
– Yo quiero ir
– No. ¿Para qué?
Pobre chica. La estaban desplantando.
Pero a mí no. Me paseé por todos los pasillos buscando un cartel donde lo anunciarán hasta que dí con él.
De pronto todos los engranajes se pusieron en movimiento: Había encontrado el camino
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