Nunca pensó que un «sí quiero» la llevaría tan lejos.

Fueron momentos de alegría, de pánico, tranquilidad y dolor, un sufrimiento vivido en un día a día duro, largo y muchas veces gratificante.

El día que su profesor se lo propuso sintió un calor que invadía todo su ser, miraba alrededor con vergüenza, pero ella evitando mil miradas envidiosas dijo: «sí, quiero asistir a ese taller de escritura».

Mientras recuerda esos momentos firma su libro nacido de un «sí, quiero».

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