Durante el confinamiento

Durante el confinamiento por el coronavirus he pasado por estados diferentes, me imagino que como todos…pero hay dias en que los fantasmas del pasado, de las críticas , de las amistades dejadas en el camino, de tantas y tantas heridas sin cicatrizar….me vienen a visitar.

Me vienen a visitar porque saben que me encuentran en casa, sin escudo, sin protección alguna. 

No vienen las buenas,no. Las de los buenos momentos vividos. Reuniones familiares cuando mis padres y mi cuñado estaban vivos, momentos con mi hijo, con mi marido , con mis amigos ….únicos, entrañables y divertidos. Estos se quedan agazapados esperando su sitio que le dejan a los malos, a los de las traiciones, desencantos y conflictos. 

No sé cómo pararlos y te juro que los evito.

Mi cansancio se va acumulando, en esta lucha sin sentido.  

Porque al contrario de lo que la gente cree, los artistas no tenemos más protección que los demás ante la tristeza, el desánimo o el conflicto.  El artista es un ser especialmente sensible, cuya mente está siempre trabajando, revolviendo las tripas, ahondando en el alma hasta que la hace añicos. 

No se puede pintar así o mejor dicho, se puede pintar si, pero cosas sin alma para evitar ese ruido. Figuras repetitivas, dibujos de cosas inertes que te permitan volcar toda tu concentración y así no pensar, no dejar que tu alma se exprese….contención.

Contención es una palabra maldita para el artista. Si el artista no se puede expresar, se ahoga, se deprime. Para evitarlo, me refugio en la lectura, las series, el zentangle ( figuras repetitivas dentro de un cuadrado finito)…

Durante el confinamiento pinto mis macetas y aquellas formas inertes que rodean mi día a día…desde el 14 de marzo del 2020. 

Y ahora, escribo.

Momentos difíciles que me afectan.

Como a todos, repito.

                                                  Ánge